martes, 2 de marzo de 2010

CUANDO EL ALMA HABLA, HASTA DIOS CALLA.

Hay situaciones en la vida en la que nos encontramos frente a una encrucijada, o ante realidades en la que la lógica no reina. Momentos en los cuales no entendemos el desenvolvimiento de los hechos, porque carecen de sensatez.

Uno de esos hechos, es sentirte presente en medio de la ausencia. Una ausencia más dolorosa que la de los familiares difuntos, porque con ellos está la esperanza de volverlos a ver el día en que Jesús vuelva para juzgar y reinar. Sin embargo; tu ausencia no tiene esas características de alegría mesiánica, porque aun teniéndote tan cerca y tan presente, estás a la vez tan lejos y tan ausente, a esa falta de lógica me refería, cuando hablaba de hechos sin sensatez.

Aunque si bien es cierto, que en la oración y en el encuentro personal con Jesús, he mejorado en demasía y he entendido muchas cosas, siempre queda esa extraña sensación, que no tiene palabras, sustantivos ni adjetivos, que la puedan definir. Ese inesperado final, esa conclusión del acto cuando aún no se terminaban los argumentos en esta obra, es lo que me deja esa sed, ese mar de dudas, que no termino de entender con claridad, y que sólo puedo tratar de inferir las respuestas, porque no las he oído de tus propios labios, y lo más triste es que creo que nunca las podré escuchar.

Es impotencia lo que se genera en mí, cuando escribiendo estas líneas, me viene a la mente la posibilidad casi nula, que alguna vez puedas leer esta nota. Más sin embargo; las quiero seguir escribiendo porque también son un medio para liberar, para romper lazos, para dejar el apego y para dejarte ir. Te veo ahora más bella que nunca, más segura y con más temple, no sé si es esa necia jugada que nos hace nuestra mente a los hombres cada vez que terminamos una relación aún amando. Ya tú pudiste pasar la página y atreverte a ser feliz de nuevo, con un caballero que ojalá te haga feliz, como le pido a Dios que seas todas las noches en mis oraciones, él es testigo de todo lo que he hablado con él, de todo lo que he pedido por ti y tu familia, y también de lo que le he suplicado que me permita dejarte de ir, ¿sabes? Creo que me escuchó y de a poco me doy cuenta que él está obrando, que aún te amo, pero ya no me duele, que aún te amo pero ya no lloro (excepto al escribir esta nota), que aún te amo pero también quiero que seas feliz y que aún te amo y no termino de entender qué pasó.

Qué pasó, dónde los planes cambiaron, dónde se esfumó el futuro planeado juntos, dónde quedó el que nos amábamos para toda la vida, dónde quedó el siempre te voy amar y no lo dudes, dónde quedó el chiquita y chiquito y lo que más me duele cuándo se desvanecieron Paola Valentina y Juan Pablo. Una vez me dijiste que en mis ojos veías un futuro, una familia, un hogar y unos hijos, y sabes bien que eso no sólo lo veías tú, yo también lo hacía y hasta de manera depravada aún lo sigo viendo, por eso no me he atrevido a buscar a alguien, porque a pesar de este largo tiempo que ha pasado, el sentimiento sigue igual en mi, aunque como ya dije, ya no hay dolor, hay resignación y aceptación por algo que no pudo ser y que tiene mi amor en estado vegetal y taciturno.

Te confieso una cosa, este golpe en mi vida hizo reafirmar y reforzar mi fe, me he conseguido cara a cara con Dios, hemos hablado como nunca, he llorado junto a él, y aunque muchas personas me señalan y critican, pero a Dios lo he sentido, su presencia y hasta como una vez me tocó dándome palmadas como lo hace un padre cuando consuela un hijo, me ha mostrado el plan que tiene para mi, y no es fácil, en ese plan que me mostró también estabas tú, pero las circunstancias y nuestros errores hicieron que ya no me acompañes en él, eso hace el camino más difícil, cumplir el plan de Dios, volver al camino y seguir en la luchar por él, pero sin ti bebé. Y lo debo hacer porque no puedo defraudar a Dios, que se ha mostrado tan misericordioso conmigo y me he dado tantas señales que sí me escucha. Como quisiera que quienes no creen ti Señor, o que son tibios ante ti, te pudieran sentir, ver y escuchar como yo lo he podido hacer este último año. Por eso te doy gracias Señor, porque en medio de mi tristeza te hiciste presente y comprendí que a veces tú Señor, permites que sucedan situaciones en nuestras vidas, que nos golpeen fuertemente, que nos tumbe de bruces como lo hiciste con San Pablo, como una vía de acceso directo a la conversión, pero está en cada quien entenderlo o dejarlo pasar.

Oro por ti y lo haré hasta que me toque irme de esta vida, ya todo lo dejé en manos del Señor y en Él confío, el obrará y pasará lo que Él permita que pase, por lo pronto le pido para mí que me siga dando fortaleza y la voluntad y temple que muchas veces me falta por mi debilidad humana.

Finalmente te digo bebé, que si Dios me permitiera nacer nuevamente y me dijera todo el dolor por el que iba a pasar al terminar contigo, te aseguro, y a Él lo tengo de testigo, que igual te escogería nuevamente, porque por esos 5 años de felicidad que pasé contigo, valen la pena a pesar de cualquier dolor por más fuerte que sea. Dios te bendiga enormemente y te proteja siempre, que seas feliz aunque no sea conmigo, te amo y te amaré por siempre, de eso estoy seguro, aunque tenga que seguir el camino que ya me señalaron, siempre estarás en mis oraciones, en mis recuerdos y en mi sangre, recorriendo todo mi organismo, cada vez que late mi corazón pensando en ti. Ánimo bebé, muchos éxitos porque también lo mereces por lo que haz sufrido. Si alguna vez nos encontramos, espero que nos podamos mirar sin ninguna factura, sin ningún mal recuerdo, sin más lágrimas. Adiós mi cielo, mi bebé, mi viejita, mi charramanduca, mi verdadero amor, la madre de mis hijos. Como deseo demostrarte a ti que esto, lo que siento, no es simples letras en un papel, son sentimientos desbordados, derramados desde mi alma y todo te pertenece a ti y sólo a ti, y poder retomar ese camino nuevamente, pero esta vez de nuevo juntos. Pero creo que ya no será así y me he resignado y lo he aceptado.

Ahora me toca a mi ser feliz y comenzar a transitar esa especie de transición que hay entre el camino que me señaló Dios y el lugar en el que me encuentro ahora, las cosas se están dando de a poco para que así sea, así que allá voy, a desarrollarme más como profesional y a cumplir también el plan de Dios. No cruzaré los brazos ante las dificultades, porque el mejor hombre del mundo murió con los brazos abiertos en un cruz por mi y por todos.

Cuando el alma habla, hasta Dios calla para escuchar la muestra más pura de amor en un ser humano, y mi alma habló. (Jesús Romero 02/03/2010 4:54 a.m.)

No hay comentarios: